Las primiparadas en la universidad ¡Ojo con el bullying universitario!

Saber diferenciar entre un chiste pasajero o una burla casual que están dentro de los parámetros normales y un acoso permanente que coarta tu bienestar emocional es vital para que, de ser necesario, puedas poner un límite a tiempo, con el fin de que tu paso por la universidad sea lo más sano posible.

 

El bullying se conoce en las aulas escolares y universitarias como una o varias conductas hostiles y discriminatorias que se ejercen por una o más personas en contra de otra(s), de forma constante. Si bien los entes especializados en formación educativa como el Ministerio de Educación Nacional han realizado estudios al respecto, en cuanto al número de víctimas y victimarios de bullying que se presentan en grados escolares, pues es la etapa cuando más se presenta esta clase de comportamientos, eso no quiere decir que en la universidad no se den casos de hostigamiento emocional por parte de los compañeros.

 

La psicóloga Claudia Almanza dice que, las primiparadas por las que pasan los estudiantes cuando ingresan a primer semestre en la universidad, como ser enviados a salones o aulas equivocadas o creer que su profesor es una persona que en realidad es un compañero de últimos semestres haciéndose pasar por él, son usuales en las comunidades del alma mater. No obstante, conductas de discriminación, maltrato emocional, burla permanente hacia alguien hace parte del bullying, lo que puede generar graves consecuencias. En Estados Unidos, la Unión Europea e incluso en América Latina, se presentan anualmente casos de deserción escolar y en situaciones más extremas, suicidio, por parte de los estudiantes víctimas de este suceso.

 

Para evitar este tipo de acoso, debes identificar cuando alguien está atravesando el límite y ponerle alto en el instante. Para ello, debes ser firme y hacer uso de tu seguridad y respeto hacia ti mismo. Si eso no es suficiente, los expertos recomiendan:

1- No callarse:

las personas que son víctimas de este suceso, por lo general tienden a la huida y sufren en silencio cuando reciben maltrato, amenazas o acoso de otros, debido al miedo que les genera. Esto, en vez de solucionar las cosas, agranda el problema. Contarle lo sucedido a alguien de confianza y con mayor experiencia, como un asesor en la universidad, un psicólogo o a tus padres u otros familiares, además de descargarte pueden darte una guía de cómo actuar frente a este dilema.

 

2- Enfrentar los miedos:

se dice que enfrentar los demonios es lo que más cuesta, pues el miedo, por lo general, paraliza, pero la mayoría de veces soluciona el problema de raíz. Si es la primera vez que te sientes hostigado por alguien, y tienes la suficiente seguridad para enfrentarlo, hazlo, pues la otra persona, aunque no sea evidente, también actúa desde el miedo, por lo tanto, al enfrentarla va a darse cuenta de que tienes la suficiente entereza para hacerte respetar a ti mismo y eso minimiza o simplemente, deshace el conflicto.

 

3- Exponer el tema:

puedes consultar con directivas o docentes de la institución acerca de la posibilidad de hacer una charla con estudiantes y expertos acerca del bullying, con el fin de exponer la gravedad del asunto si no se actúa a tiempo. Esto sensibiliza a la comunidad educativa, la concientiza y tú puedes hacer parte de ello.

 

4- Fomenta tu autoestima:

por lo general, una persona que se acepta a sí misma y se respeta, no le da importancia a lo que los demás piensen o digan de ella. Por eso y aunque no tengas una estima propia muy elevada, nunca es tarde para empezar. Recuerda que mereces respeto, al igual que todos los demás y que en esta ocasión, solo estás tú para defenderte y hacerte respetar. No permitas que nadie sobrepase los límites contigo y lejos de caer en la sensibilidad extrema, si sientes que alguien está traspasando la barrera contigo, habla con esa persona, y si no es posible, comunícalo a otros, para que te ayuden a tomar medidas.

 

5- No te sobrepases:

En el caso de que seas tú quien está recurriendo a la burla constante o discriminación hacia otros, detente. Recuerda la frase que dice: “no hagas a los demás lo que a ti no te gusta que te hagan”. Si eres bromista, con buen sentido del humor procura que los chistes no sobrepasen la línea. Si sientes que necesitas estar acosando o haciendo sentir mal a otros para tú sentirte bien, estás en problemas. Habla con tus padres u otros familiares. Si esto no es posible, acude a algún amigo, especialista, consejero o docente de la universidad para que te escuche y te guíe.