Los retos del periodismo de hoy

Uno de los campos que ha experimentado mayores cambios durante la última década es el periodismo. Aunque todavía existen periodistas de la vieja guardia, quienes desde el inicio de su carrera se acostumbraron a largas jornadas en las salas de redacción, salir a la calle para realizar su trabajo de campo en busca de la primicia del día, lo cierto es que la era digital le dio un giro de 180 grados debido a la inmediatez y el acceso que otorga Internet a cualquier persona, para dirigirse al público, prácticamente, sin ninguna restricción.

De acuerdo con Alejandra Quintero, directora del programa de Comunicación Social y Periodismo, nuestro país necesita una comunicación y un periodismo más comprometidos política y socialmente, así como profesionales con capacidad para interpretar lo que sucede y formular nuevas narrativas que contribuyan a los cambios que se necesitan. 

“El surgimiento de Internet y de los medios digitales produjo la revolución comunicativa más trascendental de la historia, puesto que transformó la estructura tradicional de emisor/mensaje/receptor y generó una donde hay múltiples emisores que son receptores al mismo tiempo, entendidos ambos como interlocutores”, explicó Quintero. 

De ahí, el compromiso que tienen las facultades de periodismo para generar egresados capaces de dominar las herramientas tecnológicas y ponerlas a favor y al servicio de la sociedad, a partir de una vocación periodística que indague, cuestione y compare versiones para aproximarse a la verdad, que es la esencia misma de la profesión.

Por ello, la Universidad Central se ha preocupado por garantizar que sus estudiantes de periodismo cuenten con un alto sentido de ciudadanía y estén comprometidos con un proyecto de ciudad y país viable, democrático, plural y solidario. Asimismo, que tengan la capacidad de interpretar, analizar y narrar con criterio la realidad en cualquier contexto comunicativo.

 

Nuevos desafíos

  1. Reputación Digital. El panorama mediático actual está sobresaturado. Las fake news y el sensacionalismo se han tomado las redes sociales y la Internet. Si bien, algunos de estos errores son inofensivos, otros pueden causar un daño duradero a la reputación de una persona y hasta del mismo medio o persona que lo realiza. La reputación digital desempeña un papel vital a la hora de moldear la opinión pública e influir en las decisiones. Abarca varios aspectos, incluidas reseñas en línea, presencia en las redes sociales, resultados de motores de búsqueda y credibilidad en línea. Una reputación digital positiva puede mejorar la confianza, la credibilidad y la autoridad, aumentando las oportunidades, la lealtad de los clientes y el éxito empresarial.
  2. Sobrecarga informativa. Anteriormente, los medios de comunicación tradicionales (prensa, radio, televisión) tenían la exclusividad de la información que se daba a conocer ante la opinión pública. Esta realidad cambió ciento por ciento, debido a la posibilidad que brindan plataformas como Tik Tok, Instagram o YouTube, entre otras, para que cualquier persona pueda publicar contenidos, con mínimas restricciones. Entonces, el reto de todo periodista es continuar con su labor y seguir con paso firme lo que aprendió en la academia: calidad, profundidad y contraste, de modo que la población sea capaz de distinguir entre datos verídicos e investigados y la mera publicidad en la que aparece una realidad implantada, con una sola versión, sin discrepancias ni perspectivas diferentes acerca de un hecho.
  3. Creatividad y calidad. El número de clics ha reemplazado al rating, el número de radioescuchas o suscriptores que anteriormente media el impacto de un medio de comunicación o un periodista independiente. No obstante, las buenas cifras se logran a partir de información de calidad, es decir, notas, videos, stories y otros contenidos trabajados con rigor, redacción y diseño impecables y una creatividad que marque la diferencia. 

En conclusión, el periodismo enfrenta una serie de retos que van desde la adaptación a las nuevas tecnologías hasta la necesidad de mantener la credibilidad y la objetividad en la era de la desinformación; por lo tanto, deben conocer las herramientas digitales y dominar el lenguaje audiovisual para comunicar.